X


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

prosiguió.
 �Qu� es lo que quieres de m�?  susurró �l.
 Tu promesa de que haremos todo lo que podamos para sacar a Adzel de aqu�.
 �Confiar�s en m�?
 Si no, uno de los dos tendr� que matar al otro  su arma permaneció firme, pero bajó
la cabeza . Odiar�a hacer eso, Dave.
Durante todo un minuto se sentó inmóvil. Despu�s golpeó con el pu�o cerrado el brazo
del asiento, mientras su risa sal�a como una tormenta.
 �Muy bien, peque�o demonio! T� ganas. Es puro chantaje..., pero, Judas, �me alegro!
Su pistola volvió a la cartuchera. Ella saltó a su regazo. El le frotó la espalda y le hizo
cosquillas debajo de las mand�bulas. Ella le acarició la mejilla con la cola. Mientras tanto,
dijo:
 Tambi�n necesitamos su ayuda, comenzando por una descripción completa del lugar
donde se encuentran. Supongo que al principio se negar�n. Diles en tu mensaje que no
tienen otra alternativa que cooperar con nosotros. Si no vamos a casa juntos, ninguno de
nosotros lo har�.
24
Otra vez, Chee Lan trabajaba sola. Muddlin Through hab�a descendido por detr�s del
horizonte. Hab�a otras naves a la vista: un par de destructores, un transbordador, la nave
inutilizada donde estaban encerrados los prisioneros. Sus cascos reluc�an en la
moribunda noche. A sus espaldas, se elevaba como una monta�a la fortaleza de Moath.
Todo estaba ahora muy tranquilo.
Chee se aproximó saltando como un esp�ritu de una roca a un arbusto y despu�s a una
protuberancia del terreno. Le hab�an dicho que hab�a una pareja de guardianes. Pod�a
distinguir a uno, una sombra de melena desgre�ada, paseando inquieto cerca del
emplazamiento del ca�ón móvil. Su aliento humeaba y el metal que llevaba encima
tintineaba. Ella esforzó los ojos, paladeó el viento del amanecer, escuchó, sintió con todos
sus cabellos y bigotes. No le llegó nada. O bien Van Rijn y Adzel se hab�an equivocado en
lo que le dijeron, o el compa�ero del guardi�n hab�a terminado su guardia sin que llegara
su sustituto..., o, en un ambiente para el que ella no estaba evolucionada, perd�a las
pistas sensoriales importantes.
 �No hay m�s tiempo! En el castillo se levantar�n dentro de poco. Ah� voy.
Se lanzó por encima de la faja arenosa del final. Hubiese sido mejor atacar desde
arriba. Pero su propulsor, al igual que cualquier conversación a corta distancia con los que
estaban en la nave, podr�a alarmar a alg�n maldito detector. No importaba. El centinela no
era consciente de la forma blanca que flotaba hacia �l. En el momento en que estuvo a su
alcance se pegó a tierra, sacó su pistola y disparó. Ella hubiese preferido matarlo, pero
aquello podr�a causar ruidos. La descarga supersónica hizo que el shenna cayese
despu�s de girar un momento. Se derrumbó con el estr�pito del d�a del Juicio. �O no? Por
lo menos a ella as� le pareció. Chee envió tres cortas se�ales luminosas a la nave con su
l�mpara. �Aquellos dos har�an bien en estar vigilando sus pantallas!
Y as� era. Se abrió una compuerta, salió una escalerilla. Adzel apareció enorme y gris
por el acero que llevaba encima. Sobre su espalda hab�a sido retirada una de las placas y
cabalgaba Nicholas van Rijn. Chee dio un salto y salió a su encuentro. La esperanza
revoloteó en su interior. Si pudiesen realmente escapar sin ser vistos...
Un rugido salió de la oscuridad cerca de las naves. Un instante despu�s se oyó el
chisporroteo de un rayo energ�tico.
 �Salid... por ah�!  gritó Chee.
Se�aló con la l�mpara hacia el invisible Falkayn. Saltando hacia arriba con el propulsor,
activó su comunicador:
 Nos han visto, Dave. Ese maldito guardi�n deb�a haberse marchado a hacer pis.
Describió una curva, descendiendo otra vez para hacer frente al que disparaba.
 �Quieres que vaya a recogerte?  sonó la voz de Falkayn.
 Espera un minuto. Quiz�...
Un disparo pasó cerca de ella. Tambi�n hab�a sido vista. Lo esquivó, sintiendo el calor,
oliendo el ozono y los iones, medio cegada por su brillantez. El shenna pod�a haberse
escondido e intentar acertarle, pero �sa no era su forma de actuar. Se lanzó hacia
delante. Chee condujo a toda velocidad, y a unos cuantos cent�metros por encima de
su.cabeza le soltó una descarga. El se derrumbó. Ella apenas tuvo tiempo para evitar
aplastarse contra la nave ante ella. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • g4p.htw.pl
  •  
     

    Drogi uĹźytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerÄ‚Å‚w w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerÄ‚Å‚w w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.